La Teoría General de Keynes fue una respuesta a la Gran Depresión de los años 30, y su objetivo era ofrecer una explicación y una solución a los problemas económicos que habían llevado a la crisis. Para Keynes, la raíz de la recesión era la falta de demanda, y por lo tanto, la solución era aumentar el gasto público para estimular la economía.
Esta teoría tuvo un gran impacto en la forma en que se entendía la economía y en la política económica de los países occidentales después de la Segunda Guerra Mundial. Las políticas keynesianas, como el aumento del gasto público y la manipulación de la tasa de interés, se utilizaron en muchos países para estimular el crecimiento económico y reducir el desempleo.